En la Ribera del Duero la variedad tinta fina presenta importantes peculiaridades. En el entorno de cada pueblo, en cada uno de sus términos, podemos encontrar uvas capaz de aportar distintos matices, que dan mucho juego a la hora de elaborar los mejores caldos de la Ribera. Podríamos decir que tenemos diferentes cepajes de Tinto Fino a lo largo de la misma.
En esta agradecida tierra, en sus mejores tintos podemos encontrar estos matices incorporados gracias a la elaboración de sus mismos con uvas de diferentes procedencias. Estas variadas características se producen en primer lugar por las diferencias de los suelos sobre los que se encuentran plantados los viñedos. Otra variable a tener en cuenta es la orografía del terreno que presentan las parcelas. Aunque pienso que el factor fundamental que ha permitido la mejor tipicidad de nuestros tintos, ha sido la selección de la uvas que se ha ido realizando a lo largo de los años, de generación en generación, eligiendo las mejores plantas. La selección clonal en la Ribera se ha venido realizando por la observación de los propios agricultures, en cada pueblo todo el mundo conocía que la viña del tío fulano o del perengano, era la que producía el vino de mayor calidad, el más sabroso, el que mayor cuerpo atesoraba. Lógicamente de esas viñas era de donde los vecinos cogían los palos –sarmientos-, para hacer posteriormente las estacas, que más tarde plantaban en sus nuevas viñas, adaptando así de manera prodigiosa la tinta fina o tempranillo, a las peculiares condiciones que presenta la Ribera.
Podemos observar cómo en La Aguilera se ha producido una peculiar adaptación de las viñas en vaso, con la conducción de la poda en una estructura que asemeja a la de un candelabro, cómo si fuera un espaldera en vaso.
Este sistema facilita las labores, permitiendo a los tractores pequeños pasar por las calles de cepas. Las uvas de La Aguilera son famosas por dotar de una mayor fineza y elegancia a los vinos elaborados con sus uvas.
La zona de La Horra es bien conocida porque sus uvas aportan a los vinos contundencia y estructura. Otras áreas sobre las que merece detenerse pertenece a las zonas mas altas como son Moradillo o Baños de Valdearados marcados por la frescura y la mineralizad que proporcionan a los vinos. En Baños, los romanos ya dejaron constancia de la importancia del vino en la zona, con la representación del Dios Baco en un precioso mosaico.
Por ultimo cabe destacar la zona más al oeste de la ribera, donde encontramos términos como Valbuena de Duero y Pesquera de Duero, tan bién representadas en algunos de sus vinos como de los más prestigio de España.
Es verdad que no es oro todo lo que reluce, ya que ante el deslumbramiento por los Riberas y su mayor demanda, gentes poco abezadas han terminado plantando nuevos viñedos en zonas no apropiadas, en aluviales, o también se han empleado clones de tempranillos foráneos que no tienen la misma adaptación a la zona, como los clones autóctonos. Posiblemente estas nuevas viñas no tendrán una vida por delante como las que presentan los maravillosos viñedos tradicionales de la Ribera, cuyas uvas han servido de base para unos tintos que son el mejor pendón que muestra la potencialidad de esta nuestra zona.
Antonio Moral
Toño Moral es de la Ribera por los cuatro costados. Ha nacido y pacido en San Bernardo, donde cuentan con uno de los Monasterios cisterciense más antiguo de Castilla, Santa María de Valbuena y es uno de los mejores conocedores de los viñedos de su tierra, trabaja en Bodegas Aalto.
Santa María de Valbuena
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