Como todo producto cultural ¡el vino no es ajeno al paso del tiempo! no siempre se ha bebido el vino de la misma manera a lo largo de la historia. Naturalmente que el paso del tiempo influye decisivamente en el modo de apreciarlo y de valorarlo, así es la naturaleza humana, en la Fisiología del Gusto de Antelmo Brillant Savarin nos recuerda que “un determinado gusto mantenido en el tiempo termina produciendo su contrario”.
A un sector de los consumidores le gustan hoy, los vinos afrutados y dulces, más fáciles de beber. Conviene recordar que siempre coexistirán en el mercado distintos nichos de consumidores que requieren distintos tipos de vinos. A lo largo del tiempo tanto en tiempos de recesión, como en épocas de crecimiento, en tiempos de estan camiento, o en épocas de sobreproducción, el vino ha sufrido lógicos vaivenes. La clave siempre está y estará en la calidad del vino que siendo una afirmación demasiado manida y que todo el mundo repite la debemos contemplar desde el segmento del mercado al que el vino va dirigido y que por supuesto, intentará ser mejor que su competencia mas directa.
Una buena elección del tipo de vino, de su posicionamiento, nos facilitará mucho las cosas y tendremos mucho camino ganado. Para vender primero hay que reflexionar sobre que diseño de vino vamos a elaborar, pensar bien el precio, para luego con calma posicionarlo y que sea el propio mercado el que nos guíe. Todos los vinos deberían responder al concepto de vino de placer, ya que elaboramos vinos para proporcionar disfrute y solicitamos un dinero a cambio. Por ello todo vino deberá cumplir con el triángulo esencial de los parámetros básicos: acidez, alcohol y tanino, los tres deberán guardar equilibrio y proporcionalidad, con independen cia del segmento al que nos dirijamos.
Cualquier desequilibrio o preponderancia de uno de los tres parámetros sobre los otros dos hace que el vino sea defectuoso. Un vino con mucha acidez (frente a poco cuerpo y poco alcohol) es desagradable de beber. Si tiene alcohol en exceso, pero no tiene cuerpo (tanino) y apenas acidez será alcohólico. Un vino con mucho cuerpo (tanino) sin apenas acidez ni alcohol, es un vino rudo, de prensa.
En cualquier tipo de vino, los tres elementos deberán tener una intensidad y presen cia proporcionada. El grado de intensidad de tanino, acidez y alcohol, dependerá, ya que un vino sencillo con equilibrio es agradable y los tres elementos se manifiestan en grado menor. Un gran vino tendrá que tener más alcohol, más cuerpo y desde luego una buena acidez. La armonía de los tres elementos hace posible que nos re sulte agradable y placentero el vino al degustarlo.
Todo lo anterior es fácil decirlo, pero muy difícil realizarlo. Sabemos que la clave está en la calidad de las uvas, de ahí la importancia de controlar cuidadosamente el cultivo del viñedo. Por ello podemos decir que no hay nada más valioso que el suelo en el que están plantadas nuestras viñas, como elemento determinante de nuestro trabajo. Las viñas las cultivamos y las conservamos para las generaciones venideras. Esa es la causa por la que tanto abundan las empresas familiares en el sector, donde las apuestas necesariamente son siempre a largo plazo.
Todo lo demás da igual, son elementos accidentales. Muchas personas defienden con demasiado ahínco, como si en ello les fuese la vida, la elección de un tipo de corcho o tapón; o el tipo de envase: vidrio, aluminio o bag&box; pontificando en cómo beber lo, que sí sólo, o mezclado con gaseosa, coca cola, seven up o agua. La clave siempre está en la calidad del vino en sí, eso es lo esencial. Nosotros apostamos por la libertad de cada uno en la elección de su placer, en este mundillo abundan demasiados talibanes defensores de ¡falsas esencias!
Buen análisis Richi! me ha encantado tu artículo!